iupay promete demasiado... y me decepciona
Hace un par de semanas, se anunció a bombo y platillo el nacimiento de iupay, un servicio de pagos online promovido por las principales entidades financieras españolas y que era descrito por muchos como una alternativa a Paypal.
La maquinaria de comunicación detrás de iupay aseguró, allá por el 17 de febrero, un sólido y contundente impacto en los medios de comunicación, que se hicieron eco del lanzamiento de la nueva plataforma sin ahorrar en adjetivos positivos. Ya desde el anuncio inicial, hubo algo en todo esto que me dio mala espina. ¿Alternativa a PayPal? ¿En qué se diferencia? ¿Cómo van a conseguir tracción? En un vistazo rápido a su web, mis sospechas sobre la solidez de la nueva propuesta fueron en aumento. ¿Qué beneficios anuncian para los comercios? "Tus clientes se sentirán más seguros porque no tendrán que teclear su tarjeta de crédito." ¿Y para los usuarios? "Creando tu cartera iupay tendrás siempre disponibles las tarjetas que añadas para comprar en Internet." ¿Servicios de prevención del fraude? ¿Recibir pagos en tu cuenta? ¿Pagar sin necesidad de tener tarjeta? ¿Pagos entre particulares? Nada de nada. ¿Alternativa a PayPal? ¿En serio?
Podríamos pensar que, tratándose de una iniciativa reciente, han decidido empezar poco a poco. Podría ser, sí, pero uno espera más de algo lanzado por un veterano tecnológico como Redsys y respaldado por entidades como Santander, BBVA, La Caixa o Bankia, cuya capitalización bursátil conjunta provocaría envidia al PIB de algunos países. Y, cuando digo "algo más" no me refiero sólo a una propuesta de valor más madura, sino a cosas tan básicas como que el título de las CUATRO PÁGINAS de su web no sea, en todas ellas, "Acceso usuarios".
Me había apuntado pasarme por iupay para ver bien el servicio, darme de alta y escribir algo al respecto. Anoche, encontré un rato e intenté hacerlo. ¿El resultado? No pude darme de alta: el formulario de alta, desde dos navegadores distintos, no hacía más que recargarse, sin devolverme mensaje de error alguno, cada vez que lo enviaba. Justo lo que esperas de un servicio que te promete seguridad y confianza en el cuidado de tu dinero.
No pude evitar acordarme de Libranda, que también fue anunciada a bombo y platillo como la alternativa a Amazon y a no sé cuántas cosas más para, poco después, revelarse como un aburrido negocio B2B y que, en la actualidad, más parece un muerto viviente. Otro de esos negocios que se crean no para "hacer algo" sino para "defenderse de algo" y, como resultado, no logran ser más que un sumidero de tiempo, dinero y energía eléctrica.