Entrevista a los fundadores de Biddus, el marketplace inverso
Biddus es una plataforma en la que es el comprador quien lanza sus peticiones de oferta a muchos vendedores, indicando qué quiere y cuánto está dispuesto a pagar, en busca de las mejores condiciones. Las solicitudes se distribuyen entre los proveedores que se adhieren a la plataforma, que pueden lanzar sus ofertas para adjudicarse la venta.
Biddus nació de la mano de Ruth Puente y Juan Ramón Alonso. Ella es arquitecta y él, informático. A lo largo de estos años, Biddus ha ido creciendo hasta contar con un equipo de 12 personas. Ruth y Juan Ramón han sumado socios e inversores y han despertado interés en varias incubadoras y concursos de emprendimiento. Vamos a conocer algo más sobre ellos y sobre su negocio en esta entrevista que le hice a Juan Ramón aprovechando que trabajamos juntos en atSistemas:
¿Cómo nació la idea de Biddus?
Ruth es arquitecta de profesión y está acostumbrada a participar en procesos de licitación para administraciones y para la adjudicación de las distintas partidas en las obras civiles. De ahí surgió la idea: ¿por qué no crear un punto de encuentro donde todo el mundo pueda decir lo que quiere y sean los vendedores los que compitan por vender de una forma pública y transparente?
Una cosa es desarrollar una aplicación y otra embarcarse en una aventura empresarial. Son dos retos distintos. El primero es sólo una parte de lo que requiere el segundo.
Una vez surgió la idea, ¿cuándo os decidisteis a crear Biddus? ¿Qué os animó a hacerlo?
Ruth es muy emprendedora y trabajaba por su cuenta desde hacía varios años, así que la semilla del emprendedor ya estaba ahí. Yo, en cambio, siempre he trabajado por cuenta ajena, pero he visto nacer muchos proyectos y convertirlos en un producto que se ha llevado a distintos clientes. Tenía ganas de tomar las riendas de mi propio proyecto, de ser yo mi propio cliente.
Además, los dos somos inquietos, nos pueden las ganas de aprender y de conocer cosas nuevas. Cuando se nos ocurre una idea, la apuntamos en nuestro Evernote por si acaso un día decidimos convertirla en un proyecto. Biddus no fue una excepción, pero sí fue la idea que más tiempo nos consumía. Hablábamos mucho de cómo podríamos llevarlo a cabo, de si seríamos capaces. Así que un día comentamos la idea entre amigos y conocidos y, aunque sonaba arriesgada, la idea no disgustaba. Poco a poco, le dimos forma y cuando lo vimos delante pensamos que sí, que éramos capaces de, al menos, intentarlo.
Con respecto a la definición del negocio y la búsqueda de inversión, ¿cuál ha sido vuestra trayectoria hasta ahora? ¿Qué hitos señalarías como los más relevantes? ¿Quiénes han invertido ya en vosotros?
El proyecto, en cuanto a la definición del modelo de negocio, ha pasado por varias fases hasta el estado actual. Uno de nuestros socios, Manuel, trabaja como formador en varias escuelas de negocios y su ayuda para definir un plan de negocio realista fue imprescindible. Ni Ruth ni yo sabíamos cómo abordar estos temas en los comienzos de nuestra aventura. Es fundamental rodearse de gente competente y Manuel fue nuestro primer "fichaje". Él nos apoyó en la definición del negocio y en los aspectos de estrategia y captación de fondos. Luego, con su ayuda, nos fuimos presentando a distintos concursos: Wayra, Lanzadera, YoDona, Fundación Roque Bergareche... y en cada uno de ellos, pese a no ser ganadores en ninguno, fuimos puliendo y adaptando nuestros planteamientos iniciales modelando así nuestra visión de lo que queríamos hacer y de cómo debíamos trabajar para alcanzar nuestros objetivos.
A finales del año pasado, conseguimos que dos fondos de inversión se fijaran en nosotros
A finales del año pasado, conseguimos que dos fondos de inversión (DAD-Alantis y Big Sur Ventures-Necotium) se fijaran en nosotros y aportaran el dinero que pedíamos para la validación de nuestro modelo de negocio. Así que, en febrero de 2014, hemos empezado una etapa de promoción y captación de usuarios para validar el modelo planteado.
¿Dónde veis Biddus, dentro de un año?
Cuando hayamos demostrado que el modelo tiene tracción, comenzaremos una etapa de expansión, contando para ello con el conocimiento y experiencia de los fondos de inversión que han apostado por nosotros. Este es el objetivo para dentro de un año: haber pasado de la etapa de validación del modelo a la de crecimiento. Esto supondrá cambios en la estructura de la empresa, contratación de personal y evolucionar el desarrollo para adaptarlo a la evolución de los servicios que se quieren prestar. Todas las empresas están sujetas a cambios, y en el caso de una start-up esto es parte del proceso natural de ajuste y validación de la propuesta que hacemos.
¿Qué aprendizajes destacaríais del camino que lleváis recorrido?
A mí me ha servido para retomar la parte técnica, que tenía ciertamente abandonada desde hacía tiempo. He optado por un framework (Rails) y un lenguaje (Ruby) que no conocía porque me picaba la curiosidad y pintaba genial. Cuando trabajas con equipos muy reducidos, intentas maximizar la productividad y esto significa estar a la última. También nos ha servido para aprender otras mil cosas: presentaciones ante diversos tipos de audiencia, de 1 minuto, de 3, de 5 de 10..., también planes de negocio, pactos de socios, constituciones de empresas, acuerdos con proveedores, acuerdos con partners, redes de afiliación, negociaciones con fondos de inversión, planes de marketing y comunicación, estrategias de captación de usuarios, SEO, SEM... buff, cada uno de estos temas es en sí un área de conocimiento que te podría absorber el 100% de tu tiempo y esfuerzos.
¿Qué le diríais a alguien que se esté planteando crear una startup tecnológica?
Que si quieres, puedes hacerlo. Yo vengo del mundo técnico y Ruth, mi cofundadora, también. Esto te proporciona una serie de capacidades, pero si quieres hacerlo bien es imprescindible rodearse de compañeros que te ayuden. Una cosa es desarrollar una aplicación y otra embarcarse en una aventura empresarial. Son dos retos distintos. El primero es solo una parte de lo que requiere el segundo.