Brand safety, my ass
En TechCrunch nos cuentan la última metedura de pata sobre “Brand Safety” en YouTube.
Resulta que el gigante del vídeo falla más que una escopeta de feria al detectar y eliminar comentarios obscenos en vídeos dirigidos al público infantil. Unas pocas marcas como Adidas, Deutsche Bank o Lidl han parado su publicidad en la plataforma.
Este sólo es el n-ésimo escándalo de este tipo y podemos estar seguros de que no será el último.
Pero, incluso aunque lo políticamente correcto es decir que la “brand safety” es una prioridad para anunciantes y agencias (los de Gartner dicen exactamente eso aquí y yo mismo me hice eco de un artículo en esa línea en la newsletter de la semana pasada), no me lo termino de creer.
No me lo creo porque tanto la “brand safety” como el “ad fraud” llevan años ocurriendo a escala masiva y aquí nadie deja de seguir metiendo euros a carretillas en los mismos sitios, haciendo las mismas cosas. No basta con hablar del tema: si realmente te importa algo, tienes que demostrarlo con hechos.
Y los hechos son que, en publicidad, sigue primando la cantidad sobre la calidad. ¿Que la mitad del presupuesto se va en clicks falsos? ¡Duplica el presupuesto! ¿Que mis anuncios salen en vídeos del ISIS? Detén la campaña unos días y, luego, ¡duplica el presupuesto! Y del papel de las agencias en todo esto... casi mejor no hablar.
¿Y todavía nos preguntamos por qué los de marketing no llegamos a los consejos de administración?
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