Adiós, Medium, me vuelvo a mi casa
TL;DR
Medium ofrece una plataforma de publicación muy limpia, cómoda y eficaz, con un resultado visual muy atractivo; sin embargo, para quienes escribimos en castellano no ofrece, actualmente, una capacidad de amplificación de la audiencia que lo distinga de cualquier otra plataforma de publicación sencilla.
En mi caso, por tanto, la pérdida de control sobre mis contenidos y presencia en la web que supone publicar en Medium no se compensa con las ventajas que ofrece.
Siempre he sido un firme defensor de eso que llamo “construir tu propia casa en Internet”, en referencia a lo conveniente que resulta mantener tu presencia en Internet en un lugar del que tengas el control absoluto, como tu propio blog bajo un nombre de dominio de tu propiedad.
Sin embargo, creer firmemente en ese concepto no me ha impedido, a lo largo de los años, probar cosas de lo más diversas. Mi intento más reciente ha sido publicar unos pocos artículos en Médium para verificar si su promesa de amplificación del alcance era real y me merecía la pena sacrificar control e independencia a cambio de mayor audiencia.
El resumen de lo que he aprendido: no, no merece la pena.
Al menos, no en mis circunstancias. Como siempre, “Your mileage may vary”.
Qué prueba he hecho en Medium
La prueba ha consistido en publicar los artículos que he escrito en los últimos meses allí, en Medium, en lugar de aquí, en mi blog, y observar si su rendimiento era sustancialmente distinto de lo que estaba consiguiendo recientemente.
No ha sido así, en absoluto. Ni las cifras absolutas de visitas e interacción ni el análisis de las fuentes de tráfico me han indicado que Medium estuviera sirviendo para amplificar el alcance de esos contenidos. Al menos, no de una manera apreciable.
Curiosamente, esta no era la primera vez que hacía esta prueba. Ya hace años, publiqué unas cuantas veces allí y la sensación fue más positiva que la que he sacado ahora. No recuerdo bien por qué no continué, pero sí me quedó la idea de que aquello podía ser una opción.
Por qué creo que no me ha funcionado
Tengo la impresión de que los cambios en la estrategia de Medium de los últimos meses tienen bastante que ver en todo esto: sus prioridades se centran ahora en la curación de contenidos, en la creación de publicaciones temáticas con las que llegar a sus lectores más fieles y animarles a pagar por el acceso a los contenidos de mayor valor.
Y, para hacer eso, están centrados en los contenidos en lengua inglesa. Si escribes en español, como es mi caso, no puedes esperar que tu publicación se incorpore a su taxonomía y llegue a quienes tienen interés en tu categoría porque, sencillamente, su taxonomía no contempla categorías en lenguas que no sea el inglés.
Si no puedes aspirar a que tus contenidos se incorporen a las recomendaciones de Medium, sólo te cabe confiar en los mecanismos de amplificación “convencionales”. Es decir, las personas que te siguen explícitamente en Medium o con quienes compartes “red” de Medium por tener contacto en otros sitios, como Twitter.
Pero, ahí, chocas con otro problema: en España, no hay una masa de usuarios fieles de Medium como para que eso baste para distribuir en masa tus nuevos artículos. Por ejemplo, si tienes 3.000 seguidores en Twitter, es improbable que más de 400 de ellos tengan una cuenta en Medium pero, de ellos, ni siquiera 20 lo usarán semanalmente para encontrar nuevos contenidos. Vamos, que eres tú mucho más eficaz llevando tráfico a Medium con un simple tuit.
Mi impresión es que, en España, para la inmensa mayoría de los usuarios, Medium es un sitio “en el que se cae”, al que se llega desde un vínculo. No es la “portada” de navegación desde la que llegar a cosas nuevas, ni un sitio que se visite a menudo. Es rarísimo ver a un usuario español con el halo verde en su foto de perfil, que identifica a los miembros de pago de la plataforma y que, teóricamente, son usuarios de uso intensivo.
Y, ahora, ¿qué?
Así que se acabó: experimento terminado. De vuelta a casa.
Ahora, aún tengo que decidir qué hacer con todo lo que me llevé a Medium y todo lo que he escrito allí estos meses. No es que me preocupe en exceso el tema del “contenido duplicado” en Google ni esas cosas, pero tampoco me gusta tener las cosas demasiado desperdigadas. Poco a poco.
Por cierto: salir de Medium no está libre de fricción. Hay mecanismos para exportar tus datos, sí, pero estoy encontrando un buen número de pequeñas pegas que hacen que el proceso de traerte tus artículos desde Medium sea más doloroso de lo que sería deseable (deseable para nosotros, no para Medium, claro).