Puede parecer que preguntarse si hay o no una burbuja alrededor de la IA es irrelevante. Sin embargo, más allá de que da para rellenar unas cuantas conversaciones en la máquina de café, tener claridad sobre si el entorno económico alrededor de la IA es sostenible o no puede ayudar a las organizaciones a tomar mejores decisiones estratégicas1.
Cuando me preguntan si hay o no burbuja, lo primero que me gusta hacer es definir qué es una burbuja. Me gusta decir que una burbuja es un entorno en el que a un conjunto de activos se le asigna un valor exagerado basándose en una creencia equivocada (sobre su valor).
Si aceptamos esa definición, el siguiente paso debería ser saber si hay un conjunto de activos que se esté valorando muy por encima de lo debido. Vamos a fijarnos en dos fenómenos: la valoración de OpenAI, la inversión prevista en centros de datos y la penetración de la IA en el mercado.
Valoración de OpenAI
Se prevé (de forma demasiado optimista, para algunos) que OpenAI cierre 2025 con unos 13.000 millones de dólares de facturación. A cambio, su valoración está, actualmente, en los 300.000 millones de dólares (y podría llegar a los 500.000 millones cuando completen su plan de generación de stock options para empleados). Eso significa que OpenAI está valorada en 23 veces su facturación anual. Comparativamente, Microsoft cotiza ahora a, aproximadamente, 15 veces su facturación. Apple, solo a 9 veces.
¿Es 23x exagerado, si lo comparamos con esos 15x o 9x de empresas muy rentables y mucho más maduras? Creo que ahí ya nos salimos de lo objetivo y racional y entramos en la valoración subjetiva. Habrá a quien le parezca mucho y habrá quien opine que es razonable que una empresa que tiene por delante mucho más potencial de crecimiento esté mejor valorada. En cualquier caso, no me da la sensación de que hablemos de multiplicadores exagerados, cuando no hace tanto veíamos múltiplos de 300x sobre facturación en startups fintech.
La inversión en centros de datos
Es difícil quedarse con una única cifra sobre la inversión prevista en nuevos centros de datos para IA de aquí a 2030. Hay quienes te dirán que se esperan unos 3 billones de dólares y otros, algo más de 5.
Me da igual si son 3 o 5 billones: es mucho, mucho dinero. Sin embargo, hay que hacer dos matices a esos números:
- Estamos hablando de planes, de previsiones, de estimaciones, de anuncios. Si nos limitamos a lo que realmente se está haciendo, hemos empezado bien por debajo de esas cifras: todos los grandes proveedores de computación juntos apenas prevén superar los 400.000 millones de dólares este año. Debemos tener en cuenta que ese número incluye toda la inversión en centros de datos, no solo en nueva capacidad específicamente para IA. Incluso si la tomamos entera, si esa cifra no aumenta anualmente, la previsión de 5 billones para 2030 puede quedarse en solo la mitad. Incluso con un crecimiento anual del 20%, que no es poco, “solo” llegaríamos a 4 billones. Y ni entro en el tema de cómo pueden verse ralentizados esos planes por la imposibilidad de alimentar a todos esos centros de datos con energía eléctrica.
- Sin embargo, lo más relevante no es cómo de realista es la cifra, sino ponerla en perspectiva. Una industria mucho más madura, como es la petrolífera, se mueve en alrededor de 600.000 millones anuales de inversión en infraestructura, a pesar de llevar más de un siglo operando. Se prevé, además, que para 2030 se alcancen los 800.000 millones de inversión fuente. Así que, una vez más: ¿es exagerado invertir 400 o 500 mil millones anuales en centros de datos si lo comparamos con lo que manejan otras industrias que ni de lejos se encuentran en la misma etapa de crecimiento? Una vez más, la respuesta a esa pregunta suele corresponderse más con las opiniones que tenemos a priori sobre este tema que con el análisis pausado del asunto.
Penetración de la IA en el mercado
Si ya estabas en edad adulta hace 25 años, recordarás cuál fue la creencia equivocada que nos llevó a la crisis de las “punto com” alrededor del año 2000: en 1995, la previsión era que, en muy pocos años, la inmensa mayoría de la actividad humana se haría en Internet. Por ejemplo, el comercio electrónico iba a acaparar todo el negocio minorista, lo que justificaba las masivas inversiones en centros logísticos.
La realidad es que hoy, 25 años después del estallido de aquella burbuja, el e-commerce es un negocio gigantesco… que solo abarca el 16% del total, en Estados Unidos.
A diferencia de entonces, la adopción de estas tecnologías de IA tan prometedoras se mueve hoy en cifras MUY superiores. Solo han pasado 3 años del lanzamiento de ChatGPT, que marcó el inicio del actual rally, y en España estamos en tasas de adopción del 20% en las empresas (datos del Banco de España) o del 42% entre los adultos (Red.es - ONTSI). Un abismo de distancia. Aún queda mucho por recorrer (¡afortunadamente!), pero las previsiones no son tan descabelladas como aquellas.
Entonces, ¿crees que hay burbuja o no?
Normalmente, esto es lo que me preguntan cuando he dedicado un buen rato a hacer ese preámbulo.
Respuesta corta: no, no creo que estemos en una burbuja.
Respuesta larga: no, no creo que estemos en una burbuja, al menos no como la que vivimos en época de las “punto com” o con las hipotecas subprime. Y, sin embargo, esto no significa que debamos estar completamente tranquilos o contentos con la situación actual.
Principalmente, porque incluso aunque las cifras de valoración y de inversión no sean completamente disparatadas, lo cierto es que hemos llegado a este punto cabalgando a lomos de una historia falsa, groseramente exagerada, sobre las capacidades casi mágicas de los sistemas de inteligencia artificial generativa.
Los principales jugadores del mercado han alimentado la narrativa de que su tecnología iba a tener capacidades sobrenaturales en muy poco tiempo y necesitan mantener viva esa llama para asegurar que no se cierra el grifo que les permite seguir gastando dinero en cantidades industriales.
Así que todo este crecimiento previsto para el que hace falta tantísimo dinero no nos va a llevar a ningún escenario utópico beneficioso para la humanidad, sino a otra vuelta de tuerca de un escenario que ya conocemos bien: publicidad en todas partes, redes sociales con contenidos de dudosa calidad y, cómo no, porno.
Además, estas discusiones sobre si hay o no una burbuja alrededor de la IA aumentan la ansiedad y la incertidumbre entre quienes tienen que tomar decisiones sobre IA en sus empresas. En lugar de mirar a las cuestiones concretas que les afectan, las conversaciones se ven capturadas por dudas sobre si la industria va a reventar o no el año que viene.
Cómo navegar este oceano de incertidumbre
Mi recomendación:
- Distánciate de las conversaciones grandilocuentes sobre burbujas, inteligencias artificiales sobrenaturales, amenazas existenciales contra la humanidad, etc.
- Céntrate, en cambio, en analizar dónde y cómo la tecnología de IA actual te ayuda en tu vida diaria, en tu trabajo y en tu organización.
- Analiza si tus planes de adopción de la IA dependen de que tal o cual empresa siga existiendo dentro de un año o dos. No estamos en una burbuja, pero eso no significa que esas empresas no estén sometidas a unos riesgos enormes. Tenlo en cuenta y actúa en consecuencia.
Y poco más: no hay grandes secretos.
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No está de más aclarar que no analizo este tema desde la perspectiva financiera. Si, por ejemplo, has comprado acciones de Nvidia o de algún fondo que haya invertido en OpenAI, tu incertidumbre estratégica es de una naturaleza muy distinta de la que a mí me interesa más, que es la de cómo tomar mejores decisiones alrededor de la adopción de la inteligencia artificial en cada negocio. Son muchos quienes están invirtiendo en esta industria pensando en que van a lograr beneficios estratosféricos nunca antes vistos en el planeta… tengo una opinión sobre esa idea, por supuesto, pero es irrelevante en este contexto. ↩︎